La industria está experimentando un gran cambio en los últimos años, con la digitalización y la automatización convirtiéndose en tendencias clave. En 2023, se espera que estas tendencias continúen y se aceleren, con el aumento de la inteligencia artificial, la robótica y el internet de las cosas (IoT). Por su parte, se pronostica que las energías renovables, como el hidrógeno verde, sigan ganando terreno en la generación de electricidad a nivel mundial, sobre todo la energía solar y el hidrógeno verde, claves para la descarbonzación del sistema energético mundial.
La industria 4.0
También conocida como la cuarta revolución industrial, la industria 4.0 se refiere al uso de tecnologías avanzadas, como la automatización, la robótica, la inteligencia artificial y la conectividad en la fabricación y los procesos industriales. En 2023, se espera que la industria 4.0 continúe expandiéndose y evolucionando, con un enfoque en la mejora de la eficiencia, la flexibilidad y la personalización en la producción. También se espera que la adopción de tecnologías de la industria 4.0 ayude a las empresas a mejorar su competitividad y a reducir los costes de producción.
La inteligencia artificial se utilizará cada vez más para automatizar tareas repetitivas, mejorar la eficiencia y tomar decisiones mejor informadas. Por ejemplo, se espera que el uso de chatbots y asistentes virtuales se generalice en la atención al cliente, mientras que la inteligencia artificial se utilizará para analizar datos y mejorar la toma de decisiones en las operaciones de negocios.
La robótica también jugará un papel importante en la industria en 2023. Se espera que los robots se utilicen cada vez más en la fabricación, la logística y la minería, permitiendo a las empresas aumentar la eficiencia y reducir los costos. La robótica también se utilizará para realizar tareas peligrosas o difíciles para los humanos, como la exploración de minas o la construcción de estructuras en entornos hostiles.
El internet de las cosas (IoT) también seguirá siendo una tendencia clave en 2023. Se espera que los dispositivos conectados se utilicen cada vez más para recopilar y analizar datos, lo que permitirá a las empresas mejorar la eficiencia y la toma de decisiones. Por ejemplo, los sensores conectados se utilizarán para monitorizar el rendimiento de los equipos y detectar problemas antes de que ocurran, mientras que los datos recopilados se utilizarán para optimizar la producción y mejorar la calidad.
Energías renovables en 2023. Energías renovables e hidrógeno verde
Otra tendencia clave en la industria que se mantendrá en 2023 será la movilidad eléctrica y la energía renovable. Se espera que el transporte eléctrico se generalice en las ciudades, mientras que las empresas se centrarán en utilizar fuentes de energía renovable para reducir su huella de carbono y mejorar su sostenibilidad. Esto se debe en su mayor medida a que la energía limpia es más competitiva en costes que nunca, ya que los costes de los combustibles fósiles siguen siendo elevados, y los costes de las energías renovables están reanudando su descenso a largo plazo. Además, las empresas están asumiendo un importante carácter ecológico e implementándolas en sus procesos productivos.
Además, se prevé que 2023 sea el año de despegue del hidrógeno verde. Como ya hemos explicado otras veces en nuestro blog, el hidrógeno verde es un combustible que va a jugar un gran papel en el proceso de transición energética. Este se obtiene mediante un proceso químico llamado electrólisis, consistente en separar el hidrógeno del oxígeno presente en el agua. Para ello se utiliza electricidad procedente de fuentes renovables, por lo que se produce energía sin emitir CO2 a la atmósfera.
En 2023, se espera que el uso del hidrógeno verde continúe creciendo como una forma de almacenar y transportar energía renovable de manera eficiente. Además, se espera que se desarrollen tecnologías para la producción de hidrógeno verde a bajo coste y a gran escala, lo que lo haría aún más competitivo con respecto a los combustibles fósiles. Sin embargo, todavía hay desafíos a superar, como la infraestructura necesaria para el transporte y almacenamiento de hidrógeno, y la creación de una demanda adecuada para el hidrógeno verde.
Según un informe de la consultora DNV, Europa es pionera en esta tecnología y se espera que el hidrógeno represente el 11% de su combinación energética en 2050. Su papel será fundamental para la descarbonización del sistema energético mundial. Sin embargo, el propio informe añade que su adopción será demasiado lenta si se quiere descarbonizar la industria pesada. A esto hay que sumarle que, para cumplir los para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, el uso del hidrógeno tendría que triplicarse.
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